Inevitablemente



A Ana Cristina,
mi vida...


Inevitablemente me pierdo entre tus gestos...
los más simples, en los que tú nunca reparas
y me sorprendo en ellos recorriéndote
como un sendero cotidiano y siempre nuevo para mí
con la certeza de que nunca me cansaría de hacerlo.

Te nombro y, sin quererlo, muero y resucito...
me miras con ternura y sin decirnos nada
la vida nos regala su sentido en tan sólo un segundo...
eterno espacio de tiempo en el que irremediablemente
el silencio se derrama en soledades
que mueren cuerpo a cuerpo...