"Lamento haberme enredado"


“El gajo enhiesto y seco que aún queda del rosal muerto en una primavera no deja abrirse paso a las semillas de ahora, a los nuevos brotes ahogados por el nudo de raíces que la planta perdida, aún clava en lo más hondo de la tierra. Poco o mucho, no dejes que la muerte ocupe el puesto de la vida. Recobra ya ese espacio de tu huerto, ahora que hay buen sol y lluvia fresca… Que las puntas verdes, que ya asoman, no se enreden otra vez en el esqueleto del viejo rosal, que hace inútil el esfuerzo de la primavera y el calor de la tierra impaciente.

Si no acabas de arrancar el gajo seco, vano será que el sol entibie la savia y pase abril sobre la tierra tuya. Vano será que vengas día a día, como vienes, con tus jarras de agua a regar los nuevos brotes…

No es mi agua para los nuevos brotes: lo que estoy regando es el gajo seco.”
 
Dulce María Loinaz

Lamento la ausencia callada… Se me ha ido el tiempo, sin darme cuenta de ello, en regar gajos secos.