Silencio elocuente


El filósofo Francsesc Torralba comienza su libro Rostros del silencio, escribiendo: “Hablar sobre el silencio es un delito… Es atentar contra una realidad misteriosa e indescriptible, es pisar una tierra desconocida, es introducirse en un reino escondido y desértico donde la palabra es una intrusa”.
Puede que sea así, que hablar del silencio sea una contradicción, ya que las palabras no pueden decir qué es el silencio y el único lenguaje posible para expresarlo sea el mismo silencio.

Puede que la tarea, más que hablar del silencio, sea aprender a hablar en silencio…

Podemos hablar en silencio. Pero esto requiere un aprendizaje.

Hablar en silencio significa aprender a escuchar y, al primero que hay que escuchar, es a nuestro corazón y a nuestro pensamiento. Después viene el otro, el que está a nuestro lado.

Ser perceptivos, abrirnos, ser vacío para que el otro encuentre acogida en nosotros y salga también de sí. Es entonces cuando se produce el encuentro… y en ese encuentro reafirmamos lo que somos realmente.

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Miguel de Unamuno: "Si no sabemos querernos es porque no sabemos estar solos".