Ayer, como cada tarde, llegué a mi trabajo. La
rutina de siempre: abro la puerta, enciendo la luz y me siento. Me llevo a la
boca un bobón (siempre tengo alguno en el cajón) y levanto la tapa de mi portátil
con el trabajo pendiente listo para ser merendado. Antes de ponerme manos a la
obra, elijo entre mis carpetas de mp3 la música que me hará compañía. Ayer le
tocó a George Winston, en concreto el álbum: “December”.
Pues bien, hasta aquí, al menos en lo que a trabajo
se refiere, todo como siempre. Bendita rutina.
Pero, de pronto, caí en la cuenta que uno de los carteles
que había en mi mesa y que había apartado de forma mecánica, no correspondía a
ninguno de los trabajos que tenía entre manos. La fotografía de un girasol bajo un cielo azul
me encantó y el texto…
Me cogió totalmente por sorpresa. Mi jefe, nos daba
las gracias a mi compañera y a mí de la siguiente manera:
GRACIAS
“A los que
hacéis posible cada día que yo sea feliz,
y el mundo sea
un poco mejor”
SOIS UN SOL
(firma)
“Somos seres
de Luz y Amor en Misión en el Planeta Tierra”.
Fue como beber
un sorbo de agua fresca un día de intenso calor y sentir de pronto en el pecho
un océano.
Puede que todo
esto suene a horterada…
Pero lo cierto
es que desde ayer me acompaña la sensación de que es posible transformar el
mundo. Y sé por dónde se empieza: GRACIAS…