Quiero estar
en este universo digital que no es espacio frío y sin rumbo, sino reflejo de una “realidad
que está hecha siempre de relaciones, de nexos, de redes, de tejidos que nos
conectan y vinculan.” Pues “todo es
relacional. Absolutamente todo grita al universo sus mensajes y genera ecos
inevitables en la inmensa realidad” (1)
Es por ello que necesito un lenguaje nuevo. Pues “llega un momento en que es necesario, abandonar
las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos
que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y,
si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros
mismos.” (2)
Quedar al margen de nosotros mismos…
Quedar al margen de nosotros mismos…
¡Ni de nosotros, ni de nadie!...
…acepto el reto de arañar mi coraza de refugios y
comodidades, de miedos y reflejos traslúcidos, para beber de la sabia que se me
ha dado. Para embriagarme de silencios elocuentes y soledades habitadas. Sólo
desde allí encontraré el ritmo vital para “donde
haya prisa, poner sosiego; donde haya ruido, serenidad y escucha; donde haya
estridencia, belleza; donde haya frialdad o indiferencia, apasionada caridad”,
y así sucesivamente… … aportar un lenguaje reflexivo, pero no extenso; un
lenguaje que sugiera, pero no agobie; un lenguaje que use la belleza como
camino de la verdad a través de la imagen y el sonido; un lenguaje cálido que
evite la frialdad.”(3)
Porque es dando que se recibe…
- Joan Garriga, “Vivir en el alma”
- Fernando Pessoa
- Juan Rubio Fernández, “Evangelizar el planeta digital”